domingo, 21 de março de 2010

La manifestación sutil del tiempo ...

Jornei Costa

La niña, mientras mira la lluvia por la ventana, luchando para sacar  una cáscara de palomitas de maíz que quedaron bajo la lengua. El motorista buscado por todas partes tratando de identificar su próximo cliente. Cerca de allí, un zumbido insistente de las campanas anunció que la misa comenzaría pronto. Todos se movió. Manifestaciones conscientes e inconscientes en un tira y afloja en el tiempo el acompañamiento invisible pero implacable silencio.

La oruga, que no era mariposa, esperó en silencio, el tiempo para dar su primer viaje fuera de su capullo discreto. Además, el caracol subió la pared, sin quejarse de su falta de velocidad. La naturaleza corrió la barra normal de rotación de la tierra. El ciclo de vida se repite. Nada era estática. El pulso de mi sangre y el tiempo que se desarrolló me dio una idea clara de la dinámica de todas las cosas, esta energía que estamos inmersos y del que no tenemos ningún control para evitarlo.

En un intento de confirmar algunas imágenes que he considerado de nuevo, no fue posible, ya había pasado. El tiempo, indiferente, siguió adelante. Todo a mi alrededor estaba sucediendo. Me di cuenta entonces de que el mundo era también un poco nervioso y no están dispuestos a esperar. Y ahí estaba él, el tiempo: situado en la parte superior como un águila, estaba haciendo un recuento de sus registros de no retorno.

Pensé en la lucha contra el tiempo, pero a mi me llamó la atención de los sensores de mi flash de la irracionalidad. Fue entonces en una posición de reflexión metafísica, en lugar de oponerse a mí, me aliei a su compañero que nos acompaña y nos da la sensación de pasado, presente y futuro.

La muchacha miró a la corteza de las palomitas de maíz a su alcance. En los aparcamientos no havia más táxis. El religiosos habían exorcizado sus pecados y regresaban a sus casas aliviados.

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